El sello personal es esa serie de actitudes, acciones y comportamientos que refleja quienes somos, lo que nos define y nos hace diferentes a los demás.
El sello personal no depende de nadie, lo vamos construyendo nosotros mismos a lo largo de nuestra vida, es como una marca, la marca que dejamos en todo lo que hacemos, lo que decimos, lo que vivimos, etc. Todos tenemos un sello personal que se va reforzando día a día.
Cada una de las cosas que haces en tu día a día es una oportunidad para dejar una huella de tu sello personal. No las desaproveches porque cada acción que realizas puede ser una inversión en tu sello y marca. Tú eres tu empresa, tu producto y tu sello, lo demás, espacios donde desarrollarla.
Cuando respondes una llamada, te presentas a alguien, intervienes en una conversación, haces un regalo, un comentario en redes sociales, un mail que envías, tu sola presencia, tu ausencia, tu silencio, cuando llegas, cuando te vas, todas son ocasiones para trabajar en tu sello personal. Con todo ello construyes tu imagen y tu reputación, que serán tu mejor carta de presentación y tu mejor aval, no solo en lo personal, sino también en lo laboral.
Todos somos un sello o una marca, porque somos el reflejo de lo que hacemos y eso es lo que va dejando una huella a nuestro paso. Si la huella es difusa, nadie te seguirá y nadie te buscará, y las posibilidades de lograr lo que deseas disminuirán. Cuando hablamos de sello, hablamos de crear una marca propia y diferenciadora, una imagen que es reflejo de nuestras cualidades y características.
Hagas lo que hagas, y te dediques a lo que te dediques, siempre debes trabajar en tu sello personal, porque esto significa que estarás trabajando para ti, invirtiendo en tu carrera y tu futuro. Trabajar en tu sello te dará relevancia en el trabajo y en donde estés. Te servirá para promocionarte, y te diferenciará de los demás por tu manera de hacer las cosas y lo que aportas a los otros con ello.
Es importante entonces que reflexiones sobre lo que quieres que los demás piensen sobre ti, lejos de la apariencia física, una persona que ha sido capaz de construir un sello personal positivo es mucho mejor bienvenida en cualquier lugar que aquella que no lo tiene. Incluso a futuro, tu sello personal puede abrir puertas.
Construir o modificar un sello personal es posible, pero requiere trabajo, trabajo personal y de reflexión. Lo primero que debes hacer es preguntarte; ¿Quién soy?, ¿Cómo me perciben los demás? ¿Es eso lo que quiero reflejar en mi sello personal? Si la respuesta es no, entonces las siguientes preguntas deberían ser; ¿Qué quiero? ¿Cómo quiero que los demás me vean? Y por último, ¿Tengo las competencias y características para conseguirlo o debo trabajarlas?
Lo primero entonces, debe ser identificar tus fortalezas, capacidades y habilidades.
Crea tu sello desde tu esencia, tu propósito y tu pasión, solo así será única y auténtica, y te acompañará en cualquier situación. Cada uno de nosotros tenemos un talento único y una manera de expresarlo que es solo nuestra, si no lo conoces o no eres consiente aún de él, búscalo. ¿Qué cosas se te dan bien? ¿Qué actividades crees que haces mejor que la mayoría? ¿Qué te apasiona? ¿Qué te motiva? ¿Con qué disfrutas? ¿Qué te hace especial o diferente? Éste un gran trabajo, requiere reflexión y autoconocimiento. Requerirá también una búsqueda sincera de retroalimentación en la que otras personas, cercanas y en las que confíes, pueden ayudarte.
Este proceso de conocimiento propio te ayudará a ser más consiente de tus motivaciones, de tus fortalezas y de aquellos aspectos en los que se debe trabajar. Pero es muy importante que el proceso sea lo más honesto posible. No ganamos nada engañándonos a nosotros mismos. Aclaremos que, no es un proceso para que cambies, a menos que tú lo quieras, este proceso de autoconocimiento es para que puedas reconocer tus puntos fuertes y aquellos que puedas mejorar.
“Para llegar a lo que somos, debemos eliminar lo que no somos”
JODOROWSKY