La importancia de la Inteligencia Emocional

La importancia de la Inteligencia Emocional

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Todos los días nos vemos enfrentados a distintos obstáculos o desafíos, tanto en nuestra vida personal como en aspectos laborales. Sin dudas superar cada dificultad no siempre es tarea sencilla, menos cuando estamos viviendo momentos de cambios, haciendo que, en ocasiones, sea difícil manejar lo que sentimos. Pero, es en estas circunstancias donde debemos conocer y trabajar la Inteligencia Emocional, además de darle la importancia necesaria para afrontar situaciones complejas o, incluso, relaciones interpersonales. Si quieres conocer más sobre el gran valor que tiene este tipo de inteligencia para tiempos actuales y futuros, te invitamos a leer esta nota. 

Por BePeople

¿Qué es la Inteligencia Emocional y cómo surgió este concepto?

Para comprender qué es la Inteligencia Emocional, primero precisemos el significado de la palabra inteligencia. Se define como la “Facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad” (Santiago y Patricio Barzallo, La inteligencia artificial en la medicina), también podemos decir que es la habilidad para escoger las opciones en la búsqueda de una solución. Sea como sea, la inteligencia está relacionada con la capacidad de entender y elaborar información para que sea utilizada adecuadamente.

Pues bien, entendiendo lo que es la inteligencia por sí sola, es momento de comprender de qué trata la Inteligencia Emocional. 

Hace algunas décadas, algunos científicos comenzaron a detectar algunas capacidades necesarias para tener éxito en la vida, y que, no estaban relacionadas con el  coeficiente intelectual (CI) y tampoco eran evaluables mediante un test. Por esta razón, algunas teorías que intentaban comprender la inteligencia desde otra mirada comenzaron a ganar terreno. Surgió así la “Teoría de las inteligencias múltiples” de Howard Gardner.  

Pero, el concepto “Inteligencia Emocional”, toma lugar en la psicología  en el año 1990, en un escrito de los psicólogos americanos Peter Salovey y John Mayer. Aunque, es en la publicación del libro “La Inteligencia Emocional” (1995) de Daniel Goleman donde el concepto este se hizo reconocido. 

Podemos decir que la Inteligencia Emocional es la capacidad y habilidad psicológica que implica sentimiento, entendimiento, control y modificación de las emociones propias y ajenas. Una persona emocionalmente inteligente, es aquella que será capaz de gestionar satisfactoriamente sus emociones para lograr resultados positivos en sus relaciones con los demás. También hay que tener en cuenta que, según Goleman, las emociones son poderosas y dominarlas es Inteligencia Emocional. El psicólogo dice que: “todas las emociones son, en esencia, impulsos que nos llevan a actuar, programas de reacción automática con los que nos ha dotado la evolución”. 

¿Cuál es la importancia de la Inteligencia Emocional?

Hoy en día, la Inteligencia Emocional es uno de los conceptos clave para entender el rumbo que ha tomado la psicología en las últimas décadas, pasando de ser un modelo preocupado principalmente de los trastornos mentales y las capacidades de razonamiento (déficit), a uno que considera que las emociones son algo intrínseco a nuestro comportamiento y actividad mental no patológica. Transformando a las emociones como motivo de estudio para conocer y comprender nuestro actuar. 

Si pensamos en la importancia que juegan las emociones en nuestra vida cotidiana, nos daremos cuenta rápidamente que ellas son fundamentales e influyen en la forma en la que tomamos decisiones, aunque no seamos conscientes de ello. Lo cierto es que, gran parte de nuestras decisiones son influenciadas, en mayor o menor medida, por las emociones.

Para Daniel Goleman, la Inteligencia Emocional implica cinco capacidades básicas. Estas son: 

Quien  dispone de Inteligencia Emocional es alguien que reconoce y maneja las emociones negativas que experimenta en su vida. Es una persona que tiene mayor capacidad para relacionarse con los demás, porque logra entenderlos al ponerse en sus zapatos. Generalmente sabe utilizar las críticas como algo positivo, puesto que las analiza y aprende de ellas. Cuenta con las cualidades necesarias para hacer frente a las adversidades. Y lo más importante, alguien que cuenta con Inteligencia Emocional sabe encauzar las emociones negativas, por lo tanto, tiene mayor capacidad para ser feliz. 

¿Cómo aplicar Inteligencia Emocional en tu entorno laboral?

En el trabajo nos enfrentamos a múltiples desafíos día a día. En algunos casos podemos salir airosos de ellos, pero en otras ocasiones provocan el efecto contrario. No nos sentimos capaces de lograr un objetivo, surge la frustración, tenemos menos productividad, entre otras cosas. Pero, es en estos momentos donde debemos desarrollar la Inteligencia Emocional. Esto no sólo no ayudará a manejar situaciones difíciles, también desarrollaremos habilidades para ejercer un buen liderazgo.

En definitiva, la Inteligencia Emocional en el mundo laboral es fundamental ya que:

La Inteligencia Emocional es un aspecto necesario que en cualquier organización y que debe ser incentivada en todos sus colaboradores. Estas capacidades psicológicas permiten que una persona se conozca a sí misma, sepa expresar sus emociones correctamente, entienda el mensaje de sus interlocutores y las necesidades de cada uno de sus clientes. Por otro lado, quien no sea capaz de manejar sus propias emociones, difícilmente podrá ponerse en el lugar de otro o saber cómo funciona su entorno. 

En conclusión, poseer Inteligencia Emocional trae consigo importantes beneficios y virtudes. Según algunos estudios, hay aptitudes en común que identifican a este grupo de personas. Son seres que procuran, en todo momento, buscar alternativas para tener una vida más feliz y escapar de la rutina. Son firmes en sus decisiones cuando es necesario. Siempre miran hacia adelante, no viven en el pasado y les encanta estar aprendiendo continuamente. Tengamos en cuenta que: “La capacidad de expresar los propios sentimientos constituye una habilidad social fundamental”. Daniel Goleman