En un mundo tan incierto y vertiginoso como el que vivimos, se puede decir que lo único constante y predecible es el cambio. Todo avanza muy rápido y – como dijo Darwin- el que sobrevive no es el más fuerte, sino el que mejor se adapta. Un perfecto ejemplo de ello fue todo vivido desde que se inició la pandemia, un suceso que ninguno de nosotros pudo predecir y que implicó un sinfín de desafíos para todas las personas del planeta.
Las cuarentenas nos pillaron por sorpresa y cambiaron nuestra manera de vivir, de relacionarnos, de trabajar, de comprar y de tantas otras actividades del día a día que tuvimos que aprender a hacer de forma distinta. Muchas empresas quebraron, muchas otras tuvieron que implementar teletrabajo, rehacer sus sistemas logísticos cuando no contaban con la tecnología necesaria para ello. Millones de personas perdieron su trabajo y se reinventaron en un rubro totalmente distinto. ¿Quiénes sobrevivieron y salieron fortalecidos? Todos aquellos que supieron adaptarse a las nuevas circunstancias y que fueron capaces de tomar la crisis como una oportunidad.
La actitud con la que enfrentamos los retos es de gran relevancia para aprender y crecer. La adversidad nos pone a prueba y saca de nosotros lo mejor y lo peor. Enfrentar situaciones sin certezas nos obliga a ser más abiertos, a planear tanto a corto plazo como a largo plazo, a monitorear y corregir, a tomar una postura proactiva. Y es precisamente por ello que la flexibilidad es una cualidad que hoy se valora incluso más que la experiencia a la hora de trabajar y que es un must para los líderes de cualquier organización.
Un líder debe ser capaz de reconocer que nada está escrito en piedra y que los supuestos que anteriormente han dado buenos resultados, ahora podrían estar totalmente obsoletos. Debe tener la capacidad de estar alerta, contar con una actitud de aprendizaje constante y de apertura al error, así como también flexibilidad para cambiar las decisiones y romper las estructuras, una capacidad que nos permita construir y deconstruir.
A continuación, 5 consejos para liderar con éxito en tiempos de cambio
- Consolida tu capacidad de dirección: Un líder debe guiar a su equipo en un nuevo escenario. Para ello es fundamental gestionar los recursos productivos de la compañía; organizar tareas, definir objetivos en común, delegar funciones y supervisar que las tareas y los objetivos se cumplan.
- Toma decisiones ágiles: Es fundamental centrar la atención en la información más importante y no detenerse en cada una de las posibilidades.
- Incentiva la adaptación al cambio: Un buen líder en tiempos de crisis es aquel que no tiene miedo a los cambios, sabe adaptarse a las circunstancias y se mantiene, incluso, con un pie adelante.
- Consolida el trabajo en equipo: Cuida a tu equipo y eleva su nivel de confianza. El principal trabajo de un líder es comprometerse con su equipo, motivarlo a seguir y crecer a pesar de las circunstancias o tomando provecho de las mismas.
- Pon en práctica la empatía: No es posible aplicar un buen liderazgo sin comprender los pensamientos o las emociones de los demás, ya que un líder no solo debe pensar con la cabeza sino con el corazón.